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jueves, 2 de agosto de 2018

EL LEON Y EL RATON


Despu茅s de un largo d铆a de caza, un le贸n se ech贸 a descansar debajo de un 谩rbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el m谩s travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del le贸n, con tan mala suerte que lo despert贸. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el le贸n atrap贸 al rat贸n entre sus garras y dijo dando un rugido:
-¿C贸mo te atreves a perturbar mi sue帽o, insignificante rat贸n? ¡Voy a comerte para que aprend谩is la lecci贸n!-
El rat贸n, que estaba tan asustado que no pod铆a moverse, le dijo temblando:
- Por favor no me mates, le贸n. Yo no quer铆a molestarte. Si me dejas te estar茅 eternamente agradecido. D茅jame marchar, porque puede que alg煤n d铆a me necesites –
- ¡Ja, ja, ja! – se ri贸 el le贸n mir谩ndole - Un ser tan diminuto como t煤, ¿de qu茅 forma va a ayudarme? ¡No me hagas re铆r!.
Pero el rat贸n insisti贸 una y otra vez, hasta que el le贸n, conmovido por su tama帽o y su valent铆a, le dej贸 marchar.
Unos d铆as despu茅s, mientras el rat贸n paseaba por el bosque, oy贸 unos terribles rugidos que hac铆an temblar las hojas de los 谩rboles.
R谩pidamente corri贸 hacia lugar de donde proven铆a el sonido, y se encontr贸 all铆 al le贸n, que hab铆a quedado atrapado en una robusta red. El rat贸n, decidido a pagar su deuda, le dijo:
- No te preocupes, yo te salvar茅.
Y el le贸n, sin pensarlo le contest贸:
- Pero c贸mo, si eres tan peque帽o para tanto esfuerzo.
El rat贸n empez贸 entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el le贸n, y el le贸n pudo salvarse. El rat贸n le dijo:
- D铆as atr谩s, te burlaste de m铆 pensando que nada podr铆a hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los peque帽os ratones somos agradecidos y cumplidos.
El le贸n no tuvo palabras para agradecer al peque帽o rat贸n. Desde este d铆a, los dos fueron amigos para siempre.

GATO CON BOTAS

El padre antes de morir les dijo as铆:
–“Hijos m铆os, quiero dejarles lo poco que tengo antes de morir”, les dijo. Al hijo mayor le toc贸 el molino, que era el sustento de la familia. Al mediano le dej贸 al burro que se encargaba de acarrear el grano y transportar la harina,mientras que al m谩s

peque帽o le dej贸 el gato que no hac铆a m谩s que cazar ratones. Dicho esto, el padre muri贸. El hijo m谩s joven estaba triste e inconforme con la herencia que hab铆a recibido. –“Yo soy el que peor ha salido ¿Para qu茅 me puede servir este gato?”, – pensaba en voz alta.El gato que lo hab铆a escuchado, decidi贸 hacer todo lo que estuviese a su alcance para ayudar a su nuevo amo. – “No te preocupes joven amo, si me das un bolso y un par de botas podremos salir a recorrer el mundo y ver谩s cu谩ntas riquezas conseguiremos juntos”.
El joven no ten铆a muchas esperanzas con las promesas del gato, pero tampoco ten铆a nada que perder. Si se quedaba en aquella casa morir铆a de hambre o tendr铆a que depender de sus hermanos, as铆 que le dio lo que ped铆a y se fueron a recorrer el mundo.Caminaron y caminaron durante d铆as hasta que llegaron a un reino lejano. El gato con botas hab铆a escuchado que al rey de aquel pa铆s le gustaba comer perdices, pero como eran tan escurridizas se hac铆an casi imposibles de conseguir. Mientras que el joven amo descansaba bajo la sombra de un 谩rbol, el gato abri贸 su bolsa, esparci贸 algunos granos que le quedaban sobre ella y se escondi贸 a esperar.
  
Llevaba un rato acechando cuando aparecieron un grupo de perdices, que encontraron el grano y se fueron metiendo una a una en el saco para com茅rselo. Cuando ya hab铆a suficientes, el gato jalo de la cuerda que se encontraba oculta, cerrando el saco y dejando atrapadas a las perdices.
 Luego se ech贸 el saco al hombro y se dirigi贸 al palacio para entreg谩rselas al rey.Cuando se present贸 ante el rey le dijo: – “Mi rey, el Marqu茅s de Carab谩s le env铆a este obsequio. (Este fue el nombre que se le ocurri贸 darle a su amo)”. El rey complacido acept贸 aquella oferta y le pidi贸 que le agradeciera a su se帽or. Pasaron los d铆as y el gato segu铆a mand谩ndole regalos al rey, siempre de parte de su amo.Un d铆a el gato se enter贸 de que el rey iba a pasear con su hermosa hija cerca de la ribera del r铆o y tuvo una idea. Le dijo a su amo: – “Si me sigues la corriente podr谩s hacer una fortuna, solo qu铆tate la ropa y m茅tete al r铆o”.
As铆 lo hizo el hijo del molinero
hasta que escuch贸 a su gato gritando: – “¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Se ahoga el Marqu茅s de Carab谩s! ¡Le han robado sus ropas!”.
El rey atra铆do por los gritos se acerc贸 a ver qu茅 pasaba. Al ver que se trataba del Marqu茅s que tantos obsequios le hab铆a enviado, lo envolvi贸 en ropas delicadas y lo subi贸 en su carruaje para que les acompa帽ara en el paseo.


El astuto gato se adelant贸 a la comitiva real y se dirigi贸 a las tierras de un temido ogro, donde se encontraban trabajando unos campesinos. Los amenaz贸 dici茅ndoles: – “Cuando el rey pase por aqu铆 y les pregunte de qui茅n son estas tierras, deber谩n responder que pertenecen al Marqu茅s de Carab谩s, sino morir谩n”.
El gato con botas que se sent铆a muy complacido con su plan, se dirigi贸 luego al castillo del ogro, pensando en reclamarlo para su amo. Ya hab铆a escuchado todo lo que el ogro pod铆a hacer y lo mucho que le gustaba que lo adularan. As铆 que se anunci贸 ante 茅l con el pretexto de haber viajado hasta all铆 para presentarle sus respetos.
Cuando estuvo solo con el ogro, el gato le dijo: – “Me han dicho que es capaz de convertirse en cualquier clase de animal, como por ejemplo un elefante o un le贸n”.
– “Es cierto”, – contest贸 el ogro muy halagado y se transform贸 de inmediato en un rugiente le贸n para demostrarlo. lo que el gato contest贸: – “¡Sorprendente! ¡Ha sido incre铆ble! Pero me impresionar铆a m谩s si pudieras transformarte en algo tan peque帽ito como un rat贸n. Eso debe ser imposible, incluso para un ogro tan poderoso como t煤”.Fue as铆 como el gato reclam贸 aquel palacio y las tierras circundantes para el reci茅n nombrado Marques de Carab谩s, su joven amo. All铆 recibi贸 al rey, que impresionado ante el lujo y la majestuosidad del castillo, le propuso de inmediato la mano de su hija en matrimonio. El hijo del molinero acept贸 y luego de que el rey muri贸 gobern贸 aquellas tierras, al lado de el gato con botas a quien nombr贸 primer ministro.
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CAPERUCITA ROJA


脡rase una vez una ni帽a que era muy querida por su abuelita, a la que visitaba con frecuencia aunque viv铆a al otro lado del bosque. Su madre que sab铆a coser muy bien le hab铆a hecha una bonita caperuza roja que la ni帽a nunca se quitaba, por lo que todos la llamaban Caperucita roja.Una tarde la madre la mand贸 a casa de la abuelita que se encontraba muy enferma, para que le llevara unos pasteles reci茅n horneados, una cesta de pan y mantequilla.
– “Caperucita anda a ver c贸mo sigue tu abuelita y ll茅vale esta cesta que le he preparado”, –le dijo. Adem谩s le advirti贸: –“No te apartes del camino ni hables con extra帽os, que puede ser peligroso”Caperucita que siempre era obediente asinti贸 y le contest贸 a su mam谩: – “No te preocupes que tendr茅 cuidado”. Tom贸 la cesta, se despidi贸 cari帽osamente y emprendi贸 el camino hacia casa de su abuelita, cantando y bailando como acostumbraba.No hab铆a llegado demasiado lejos cuando se encontr贸 con un lobo que le pregunt贸: – “Caperucita, caperucita ¿a d贸nde vas con tantas prisas?”


Caperucita lo mir贸 y pens贸 en lo que le hab铆a pedido su mam谩 antes de salir, pero como no sinti贸 temor alguno le contest贸 sin recelo. – “A casa de mi abuelita, que est谩 muy enfermita”.A lo que el lobo replic贸: – “¿Y d贸nde vive tu abuelita?”.
– “M谩s all谩 de donde termina el bosque, en un claro rodeado de grandes robles”. – Respondi贸 Caperucita sin sospechar que ya el lobo se deleitaba pensando en lo bien que sabr铆a. El lobo que ya hab铆a decidido comerse a Caperucita, pens贸 que era mejor si primero tomaba a la abuelita como aperitivo. – “No debe estar tan jugosa y tierna, pero igual servir谩”, – se dijo mientras ideaba un plan.Mientras acompa帽aba a esta por el camino, astutamente le sugiri贸: – “¿Sabes qu茅 har铆a realmente feliz a tu abuelita? Si les llevas algunas de las flores que crecen en el bosque”.
Caperucita tambi茅n pens贸 que era una buena idea pero record贸 nuevamente las palabras de su mam谩. – “Es que mi mam谩 me dijo que no me apartara del camino”. A lo que el lobo le contest贸: – “¿Ves ese camino que est谩 a lo lejos? Es un atajo con el que llegar谩s m谩s r谩pido a casa de tu abuelita”,Sin imaginar que el lobo la hab铆a enga帽ado, esta acept贸 y se despidi贸 de 茅l.
El lobo sin perder tiempo alguno se dirigi贸 a la casa de la abuela, a la que enga帽贸 haci茅ndole creer que era su nieta Caperucita. Luego de devorar a la abuela se puso su gorro, su camis贸n y se meti贸 en la cama a esperar a que llegase el plato principal de su comida.

A los pocos minutos lleg贸 Caperucita roja, quien alegremente llam贸 a la puerta y al ver que nadie respond铆a entr贸.La ni帽a se acerc贸 lentamente a la cama, donde se encontraba tumbada su abuelita con un aspecto irreconocible.
– “Abuelita, que ojos m谩s grandes tienes”, – dijo con extra帽eza.
– “Son para verte mejor”, – dijo el lobo imitando con mucho esfuerzo la voz de la abuelita.
– “Abuelita, pero que orejas tan grandes tienes” – dijo Caperucita a煤n sin entender por qu茅 su abuela luc铆a tan cambiada.
– “Son para o铆rte mejor”, – volvi贸 a decir el lobo.
– “Y que boca tan grande tienes”.
– “Para comerte mejooooooooor”, –chill贸 el lobo que diciendo esto se abalanz贸 sobre Caperucita, a quien se comi贸 de un solo bocado, igual que hab铆a hecho antes con la abuelita.En el momento en que esto suced铆a pasaba un cazador cerca de all铆, que oy贸 lo que parec铆a ser el grito de una ni帽a peque帽a. Le tom贸 algunos minutos llegar hasta la caba帽a, en la que para su sorpresa encontr贸 al lobo durmiendo una siesta, con la panza enorme de lo harto que estaba.El cazador dud贸 si disparar al malvado lobo con su escopeta, pero luego pens贸 que era mejor usar su cuchillo de caza y abrir su panza, para ver a qui茅n se hab铆a comido el brib贸n. Y as铆 fue como con tan solo dos cortes logr贸 sacar a Caperucita y a su abuelita, quienes a煤n estaban vivas en el interior del lobo.Entre todos decidieron darle un escarmiento al lobo, por lo que le llenaron la barriga de piedras y luego la volvieron a coser. Al despertarse este sinti贸 una terrible sed y lo que pens贸 que hab铆a sido una mala digesti贸n. Con mucho trabajo lleg贸 al arroyo m谩s cercano y cuando se acerc贸 a la orilla, se tambale贸 y cay贸 al agua, donde se ahog贸 por el peso de las piedras.Caperucita roja aprendi贸 la lecci贸n y pidi贸 perd贸n a su madre por desobedecerla. En lo adelante nunca m谩s volver铆a a conversar con extra帽os o a entretenerse en el bosque.
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CAPERUCITA ROJA

SOLDADITO DE PLOMO


El d铆a de su cumplea帽os, nuestro amiguito hab铆a recibido como regalo de sus padres una caja misteriosa. Lleno de curiosidad, el ni帽o abri贸 la caja y descubri贸 en su interior quince soldaditos de plomo id茅nticos. Con un porte elegante, fusil al hombro, pantalones azules y gorra roja, los quince soldaditos hab铆an nacido de una vieja cuchara de plomo fundida.El ni帽o aplaudi贸 con gran alegr铆a al ver sus nuevos juguetes, y sin perder un segundo los sac贸 de la caja y los coloc贸 en fila para comenzar a jugar. Sin embargo, el 煤ltimo de los soldaditos no era igual que el resto, pues como el plomo de la cuchara no hab铆a sido suficiente le faltaba una pierna al desdichado. Aun as铆, el soldadito se manten铆a firme igual que sus hermanos, y una vez que fue colocado junto al resto de los juguetes en la alacena, pudo comprobar un hermoso castillo de papel que se alzaba frente a 茅l.
Aquel castillo era realmente deslumbrante, ten铆a grandes ventanas y puertas doradas, y en su interior, lo m谩s sorprendente era una peque帽a mu帽eca que se encontraba con los brazos en alto y una pierna recogida hacia arriba como suelen hacer las bailarinas. Al verla, el soldadito qued贸 completamente enamorado, y como pens贸 que a ella tambi茅n le faltaba una pierna, decidi贸 tomarla por esposa cuanto antes.
“He encontrado la persona perfecta para m铆, y encima tiene un castillo donde podremos vivir juntos”, as铆 pensaba el soldadito de plomo mientras contemplaba la belleza de su amada.Resulta que entre los juguetes, exist铆a adem谩s un feo payaso de pl谩stico que no soportaba el amor que se ten铆an la mu帽eca y soldadito. A la ma帽ana siguiente, el ni帽o regres贸 a la alacena para jugar como de costumbre, pero a la hora del almuerzo, abandon贸 al soldadito de plomo en el borde de la ventana, y entonces, el payaso malvado aprovech贸 para empujar al pobre hacia la calle. Desde una gran altura, el soldadito cay贸 sin remedio hasta caer en el justo medio de la calle, con riesgo de que alg煤n autom贸vil pasara a toda velocidad y lo aplastara.Cuando el ni帽o not贸 la ausencia del soldadito, baj贸 hasta la calle para encontrarlo, pero la suerte no estuvo de su lado, y aunque busc贸 y busc贸 por largo tiempo,jam谩s pudo encontrar a su juguete que permanec铆a abandonado y triste en el pavimento.Al caer la tarde, el cielo tom贸 un color gris, y unos cuantos segundos despu茅s, comenz贸 a llover tan fuerte que las calles se llenaron de agua, y fue entonces cuando el soldadito fue arrastrado por la corriente hasta alejarse de la casa y de su amada, la mu帽eca bailarina.El agua de lluvia caprichosa desliz贸 al soldadito calle abajo, pero este apenas se mov铆a mientras contemplaba el cielo gris sobre su cabeza.Al rato, el agua se adentr贸 por una alcantarilla oscura y horrorosa, y con ella, tambi茅n el soldadito. “C贸mo quisiera regresar a casa y contemplar la belleza de mi amada”, pensaba nuestro amigo mientras la corriente de agua impulsaba su menudo cuerpecito de plomo por tuber铆as estrechas y oscuras.
Durante alg煤n tiempo anduvo el soldadito navegando por las alcantarillas cuando de pronto, sinti贸 un temible sonido. La tuber铆a por donde navegaba estaba llegando a su fin, y el agua se abalanzaba a toda velocidad hacia un inmenso canal. Sin m谩s remedio que dejarse llevar, el soldadito fue abalanzado con fuerza hacia el exterior de la alcantarilla, y justo antes de caer en el estanque, un enorme pez salt贸 desde las profundidades y se lo trag贸 de un solo bocado.
All铆, en el est贸mago de aquel pez, el soldadito de plomo permaneci贸 durante varios d铆as, y como todo era tan oscuro, no hac铆a otra cosa que pensar en su querida mu帽eca y en sus ganas de regresar a casa. Finalmente, una buena tarde, el pez comenz贸 a moverse bruscamente, luego qued贸 inm贸vil y cuando pudo notarlo.
El soldadito fue capaz de ver nuevamente la luz. Unos pescadores se hab铆an hecho con el pez y lo hab铆an vendido a una sirvienta. Al llegar a casa, la se帽ora lo abri贸 con un cuchillo y cu谩l fue su sorpresa cuando, sin poder imaginarlo, encontr贸 dentro al querido soldadito de plomo.R谩pidamente, la sirvienta sali贸 de la cocina y se dirigi贸 al comedor donde aguardaban los due帽os de la casa, y ¿Saben qu茅? Aquellas personas no eran otras que los padres del ni帽o, y el propio ni帽o que no pudo contener su emoci贸n al ver que su juguete perdido hab铆a regresado milagrosamente a casa. El soldadito tambi茅n se emocion贸, pues su deseo se hab铆a hecho realidad. “Por fin, he regresado” – gritaba con emoci贸n para sus adentros – “Dentro de poco podr茅 estar nuevamente junto a mi adorada mu帽eca”.Y as铆 mismo sucedi贸. El ni帽o coloc贸 al soldadito en la alacena junto al castillo de papel, y desde una de las ventanas, unos ojos ba帽ados en l谩grimas lo contemplaban.

Era la mu帽eca bailarina llena de alegr铆a al ver como su amado regresaba junto a ella. Desde entonces, el payaso malvado no volvi贸 a entrometerse con la pareja de enamorados, y el amor, triunf贸 una vez m谩s por encima del mal.
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martes, 31 de julio de 2018

puquio y sus tradiciones que lo llevan re valorando sus hijos

mi茅rcoles, 13 de junio de 2018

RELACI脫N DE BLOG



PROGRAMA IDIOMAS – INGL脡S III

ATOCCSA ORTIZ, SHIRLEY MEDALITH
https://missshirley21.blogspot.com
CCOYLLO LEDESMA, CARMEN
CULE SALCEDO, FLOR DE MARIA
FERNANDEZ HUAMANI, MARELYN SOLANGIE
LEON CCOYLLO, WENDI LEYDY
LLOSA GUTIERREZ, ROSMERY
MAMANI GARRIAZO, GIANINA PAOLA
https://misspaola04.blogspot.com
MARCA GARRIAZO, FATIMA
PANUERA CORONADO, EMILIN ELVIRA
QUISPE HUAMANI, BENJAMIN JHONATAN
QUISPE JURADO, GABY
RAMOS AGUILAR, ZENON
RIVERA PUMAYLLE, KEVIN STING
ROMAN PUMACHAHUA, BETZABE DANIA
ROMERO HUAMANI FERNANDO
SOLIS YARIHUAMAN, CLENY ROXANA
SOSAYA AYQUIPA, BETHSABE ALIDA



mi茅rcoles, 6 de junio de 2018

el zorro y el condor

El zorro y el c贸ndor
Hab铆a una vez un zorro y un c贸ndor, estos se hicieron compadres, el zorro se llamaba Antonio y el c贸ndor se llamaba Malku, de tal modo que eran amigos y compadres.
Entonces el zorro le hab铆a dicho:
- Compadre hagamos una apuesta - ¿Qu茅 apuesta podemos hacer? - Le contesto el c贸ndor.
All谩 en la punta del cerro, en la punta nevada, haber si t煤 y yo vamos a aguantar. - Si t煤 mueres yo te voy a comer, si yo muero luego t煤 me vas a comer,
- ¡ah! ¿s铆? Dijo el zorro.
- ¡ah! ¿s铆? Dijo el zorro.
- ¡ah, ah, ah! Est谩 bien, le dijo el c贸ndor
Luego una noche salieron los dos, all谩 en la punta nevada mientras aguantaban...
- Compadre le dijo:
- Antonio respondi贸 ¡chulululu!
Despu茅s de mucho rato... ¡¡Mallkuuu!! dijo el zorro, el c贸ndor le respondi贸 - ¡Kuuuuuuuu!
M谩s adelante le volvi贸 a decir:
- Antoniooooo, y respondi贸 ¡ chulululu!
Cada vez m谩s respond铆a debilmente
Entonces ¡Mallkuuuu! le grito Antonio, y el c贸ndor todav铆a se encontraba en buenas condiciones y respond铆a con energ铆a
Antonio le grito al c贸ndor nuevamente y el zorro contesto... ¡chulululu!
Ya escuchaba muy poco, ya estaba amaneciendo, cada vez hac铆a m谩s fr铆o, estaba congelado y estaba haci茅ndose de d铆a.
Finalmente Antonio hab铆a muerto. As铆 el c贸ndor hab铆a ganado la apuesta, ten铆a que comer a su compadre.
Sobrevol贸 los cerros y luego encontr贸 a su compadre todo congelado y muerto. Le rompi贸 el est贸mago, se lo comi贸 bien comido. Sobrevol贸 nuevamente y despu茅s se fue a dormir, una vez comido a su compadre zorro.


- Fin...  
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el zorro y el c贸ndor

mi茅rcoles, 2 de mayo de 2018

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mi ayacucho y su tradici贸n artesanal

La tradici贸n artesanal de Ayacucho


La tradici贸n artesanal de Ayacucho tiene sus or铆genes en la 茅poca prehisp谩nica y ha sido siempre una labor de especialistas. Durante los Wari o los Incas los artesanos estaban sujetos al Estado y su trabajo era orientado a objetos suntuarios y distintivos de nobleza. Con la llegada de los espa帽oles y la funda-ci贸n de Huamanga, la labor artesanal gan贸 autonom铆a del Estado y se enriqueci贸 de las t茅cnicas, formas y g茅neros de la tradici贸n hispana. Para la edificaci贸n de las iglesias y casas coloniales, desfilaron por Huamanga numerosos artistas europeos que emplearon la mano de obra ind铆gena, produci茅ndose un mestizaje cultural como lo evidencian los retablos "San Marcos", el tallado en "piedra de Huamanga" y las tablas de Sarhua.
Los retabl
os El retablo tiene su origen en el "caj贸n de santo" europeo de uso dom茅stico y ambulatorio. Fueron introducidos durante la colonia junto a capillas de santeros, altares port谩tiles y cajas de imagineros. En el Per煤 este objeto adquiri贸 la particularidad de tener como figura central a San Marcos, pero tambi茅n asimil贸 elementos del mundo andino, como el c贸ndor. El retablo "San Marcos" es port谩til y su demanda principal proviene de las zonas rurales, pues est谩 vinculado a los ritos de fertilidad de la vida agr铆cola y ganadera. Se trata, por eso, de un objeto religioso y m谩gico al mismo tiempo.
Por lo general, los "San Marcos" consisten en una urna de madera pintada de blanco y con dibujos florales. El interior est谩 dividido en dos pisos que representan el mundo de arriba y el mundo de abajo del imaginario andino. El piso superior est谩 compuesto por santos patronos de los animales que var铆an entre los seis y siete. El piso inferior representa "Las Pasiones" que son escenas de hacendados y campesinos donde se cuenta el ganado. Los dos niveles est谩n divididos por la figurara de un c贸ndor que extiende sus alas.
Los retablos "San Marcos" empezaron a conocerse a mediados de 1940 en colecciones privadas, como la de Celia Bustamente, y gracias a la labor de promoci贸n efectuada por ella y su hermana Alicia, en todo lo cual contaron con el sost茅n de Jos茅 Mar铆a Arguedas. Los "San Marcos" empezaron a tener de-manda del p煤blico urbano y de turistas extranjeros, por lo cual a los temas religiosos se incorporaron asuntos de la vida cotidiana y festiva. En la parte inferior donde iba "Las pasiones" empez贸 a representarse escenas cotidianas de la vida agr铆cola y urbana: siembra, cosecha, herranza, quilla, matrimonios, bautizos, construcci贸n de casas, e inclusive se tomaron motivos hist贸ricos como la batalla de Ayacucho o escenas de la guerra con Chile. Los especialistas llaman retablo "San Marcos" a los que guardan las formas e im谩genes religiosas y sirven para la herranza del ganado, mientras que los que representan escenas costumbristas para un p煤blico m谩s urbano y turistas recibe s贸lo el nombre de retablo.
La confecci贸n de retablos es realizada por artesanos que aprenden el oficio de una generaci贸n a otra. Se trata de familias enteras dedicadas por tradici贸n a estos trabajos. Es el caso de Joaqu铆n L贸pez Antay, artesano que aprendi贸 sus destrezas de su abuela Manuela Momediano. En Ayacucho existen artesanos muy reconocidos como Julio y Jes煤s Urbina, Ignacio y Mardonio L贸pez Quispe, Fel铆citas N煤帽ez, Florentino Jim茅nez Tomo y sus hijos Nicario, Od贸n, Claudio y Edilberto, Heraclio N煤帽ez, Jes煤s Palomino, 脕ngel Castro, Pompeyo Huam谩n, Teodoro Chuch贸n, Augusto Poma Rojas, Juan de Dios Mujica y Teodoro Atme, entre otros.
Gracias a su revalorizaci贸n, los retablos est谩n presentes en la actualidad en exposiciones internacionales, museos, galer铆as y colecciones privadas. De hecho, los retablos constituyen uno de los aportes significativos dela cultura ayacuchana a la nacional, porque en m谩s de una ocasi贸n, el pa铆s entero ha sido bien representado por un retablo.
Don Joaqu铆n L贸pez 
Antay 
Naci贸 en la ciudad de Huamanga en 1897. Su padre se llamaba Mariano L贸pez y se dedicaba a la confecci贸n de ba煤les. Estudi贸 hasta el tercer grado de primaria y desde la edad de quince a帽os recibi贸 las ense帽anzas de su abuela Manuela Momediano quien ten铆a un taller donde confeccionaban retablos, cruces, santos y m谩scaras. Por su abuela, estaba emparentado con una familia tradicional de artesanos. En el taller aprendi贸 a trabajar no s贸lo la madera, sino tambi茅n la hojalata y otros materiales. El taller funcionaba, adem谩s, como tienda y aprendi贸 que los objetos que hac铆an guardaban relaci贸n con las festividades y rituales campesinos. De la abuela hered贸 sus primeros instrumentos de trabajo como el bat谩n y los moldes.
A la edad de veinticinco a帽os conoci贸 a Jesusa Quispe Guti茅rrez con quien se cas贸 en 1925. Fue entonces que se independiz贸 del taller de su abuela y abri贸 el suyo. Al principio, cuenta don Joaqu铆n, le fue dif铆cil hacerse de clientes y su esposa ayudaba vendiendo naranjas en el mercado. Sin embargo, la fama de don Joaqu铆n fue creciendo hasta convertirse en el artesano m谩s solicitado de Huamanga. En la d茅cada de 1950 la pintora y coleccionista Celia Bustamante conoci贸 a don Joaqu铆n y le sugiri贸 que tomara motivos costumbristas de la vida local, adem谩s del religioso. Es as铆 como empieza a incluir en la divisi贸n inferior del "San Marcos" escenas festivas y de la vida agr铆cola. Por esos a帽os tambi茅n conoci贸 a Jos茅 Mar铆a Arguedas, de quien ser铆a amigo personal. En es entonces, Arguedas estaba casado con celia, quien junto a su hermana Alicia, eran grandes promotoras de la cultura andina en la capital y animaban la pe帽a Pancho Fierro, donde circulaban todos los intelectuales lime帽os con sensibilidad hacia lo ind铆gena y provinciano. Arguedas apreci贸 su trabajo, escribi贸 y difundi贸 sobre el arte del retablo de don Joaqu铆n. A 茅l se debe su fama en Lima y los medios urbanos.
Don Joaqu铆n fue toda una personalidad en Huamanga. El respeto que los vecinos de Huamanga le ten铆an lo convirti贸 en una autoridad paternal de muchas parejas j贸venes que ped铆an su consejo y su bendici贸n. Una an茅cdota cuenta que en una ocasi贸n don Joaqu铆n, debido a su edad, se neg贸 a apadrinar una boda, los padres de la novia suspendieron el enlace diciendo que "si no es padrino don Joaqu铆n, no se realiza el matrimonio". Ante esta situaci贸n tuvo que aceptar el apadrinamiento.
Su hijo Mardonio se hizo ingeniero agr贸nomo, pero con el tiempo dej贸 su pro-fesi贸n para dedicarse a la confecci贸n de retablos como su padre. Su hijo Ignacio tambi茅n se dedica a este arte en Lima. La larga labor de Joaqu铆n L贸pez Antay mereci贸 que en 1975 el Instituto Nacional de Cultura le otorgara el Premio Nacional de Arte. Era el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado y se produjo una controversia sobre el arte de los retablos y el significado pol铆tico de la premiaci贸n. Pero el consenso nacional fue que el premio a Don Joaqu铆n era una revalorizaci贸n del arte popular.
Don Joaqu铆n L贸pez Antaya dej贸 de existir en 1981. El Museo de Arte Popular de Huamanga ha sido bautizado con su nombre para perennizar su memoria.
Hojalater铆
aLa hojalater铆a fue una de las artesan铆as m谩s significativas de Huamanga colo-nial y logr贸 mantener esa posici贸n a lo largo del siglo XIX y una buena parte del siglo XX. Sin embargo, a partir de 1950 fue declinando su importancia debido a la generalizaci贸n del pl谩stico y de los productos electro dom茅sticos, que modificaron los h谩bitos de consumo de la poblaci贸n. As铆, a comienzos de siglo XXI la poblaci贸n consume una serie de productos que ni imagina que hasta ayer nom谩s eran de hojalata.
Antes del pl谩stico, una serie grande de productos manufacturados se hac铆an de hojalata. Por ejemplo: baldes, tinas, peroles, jarras, vasos, regaderas, candelabros etc. Era una producci贸n utilitaria que ten铆a gran salida. Adem谩s, eran 茅pocas de dificultades del transporte que obligaban a cada ciudad a producir lo necesario en este terreno. Por ello, hubo muchos hojalateros en Huamanga y tuvieron un mercado floreciente hasta mediados del siglo XX.
En los 煤ltimos a帽os de predominio de esta hojalater铆a utilitaria ya hab铆a comenzado alguna variedad que se mov铆a hacia la decoraci贸n. El gran maestro Antonio Prada fabric贸 candelabros en vez de baldes y empez贸 a salir de la crisis. Asimismo, el maestro Te贸filo Araujo constru铆a cruces que adornaban las iglesias. En fecha tan temprana como 1960, Araujo hizo una cruz de la pasi贸n que fue colocada en el techo de la iglesia del barrio ind铆gena de San Jacinto en Espite. A partir de entonces, los comuneros empezaron a contratarlo para un nuevo tipo de hojalater铆a que estaba naciendo: la art铆stica.
Pocos han sobrevivido a las nuevas condiciones del mercado. Ha desaparecido la antigua fortaleza del gremio de hojalateros de Huamanga y nunca volver谩. Pero, hay nuevos aportes y formas ya caracter铆sticas de la hojalater铆a ayacuchana de esta nueva etapa. Entre estas nuevas formas simb贸licas destaca el candelabro pintado, dialogando visualmente con los retablos. Asimismo, hay algunos talleres pr贸speros que viraron al arte hace d茅cadas y que ha estas al-turas han acumulado, tanto capacidad productiva, como motivos e imaginer铆a capaz de fascinar al mundo entero desde Ayacucho.
La piedra de Huama
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La escultura en piedra fue tra铆da por los espa帽oles al Per煤 y encontr贸 en Huamanga un alabastro local que ha dado lugar a una tradici贸n de artistas que la usan como medio de expresi贸n de contenido religioso y regional. Por lo menos desde 1586 se sabe del uso de yacimientos de piedra de Huamanga para labores de decoraci贸n de la arquitectura colonial en fachadas y ventanas de iglesias y casonas, as铆 como en pilas y lavatorios bautismales. En las primeras ca-sas construidas se observa motivos de origen andino como serpientes y pumas incorporados a columnas y capiteles, debidos seguramente a la mano de obra india. As铆, formas y estructuras arquitect贸nicas europeas fueron utilizadas para expresar im谩genes andinas.
El salto importante del tallado en piedra fue, sin embargo, a la fabricaci贸n de las "peque帽as esculturas", cuyo origen estar铆a en la actividad de talladores e imagineros de origen europeo. Al principio habr铆an tenido motivos religiosos e hispanos, pero el entorno geogr谩fico y cultural habr铆a sido r谩pidamente incor-porado. La escultura m谩s antigua que se conoce es un peque帽o relieve en piedra blanca que representa a Cristo y un grupo de santos. La funci贸n religiosa de las esculturas dio pie a una producci贸n en serie destinada a iglesias y conventos, im谩genes de bulto, cruces y retablos destinado al culto eclesi谩stico y privado. Si bien la mayor铆a de piezas conservadas corresponden al siglo XVIII, se sabe que a inicios del siglo anterior la piedra de Huamanga ya era muy apreciada. As铆 los se帽ala el cronista del siglo XVII Bernab茅 Cobo, quien dice que las tallas eran "estimadas dondequiera que las llevan".
La demanda de estas esculturas para las numerosas iglesias y conventos de Huamanga hizo que floreciera un grupo importante de artistas, algunos de los cuales fueron a trabajar a Lima; es el caso de Pedro Cervantes que se estable-ci贸 en San Pedro de Mama en la sierra de Lima, para luego pasar a laborar a la capital donde tambi茅n era muy solicitada la escultura en piedra. En 1654 Cervantes declar贸 en su testamento ser natural de Huamanga y que hab铆a escul-pido las im谩genes de Santiago y San Jer贸nimo para la iglesia de San Bartolom茅 en la actual Matucana.
En Huamanga los artesanos de la talla de piedra se concentraron en el barrio de Carmen Alto. Su punto m谩s alto de desarrollo fue el siglo XVIII, cuando diversos maestros dirigieron una considerable cantidad de oficiales y aprendices. La producci贸n de estos objetos traspas贸 las fronteras nacionales, llegando a Quito (Ecuador), Salta (Argentina) y Santiago (Chile). Existen registros de aduanas y testimonios que permiten comprobar que la piedra de Huamanga era muy apreciada como producto t铆pico del Per煤 al final de la era colonial.
En la 茅poca republicana la escultura de Huamanga tuvo nuevas funciones como elemento de adorno dom茅stico, influenciado por el arte decorativo europeo, y por supuesto tom贸 motivos patri贸ticos. La piedra de Huamanga tambi茅n ser铆a utilizada en la construcci贸n de monumentos y esculturas en los espacios p煤blicos. En Ayacucho el prefecto Manuel Tello mand贸 a construir en 1852 una pila monumental y conmemorativa en la plaza principal de la ciudad. La obra fue realizada por escultores locales, seg煤n el viajero Clements R. Markham, por "escultores indios sin gu铆a o asistencia alguna".
En la segunda mitad del siglo XIX se observa la apertura de los artistas locales a la influencia de escuelas y modelos italianos y europeos, con el fin de adap-tarse a los gustos de las elites lime帽as y se帽oriales del interior. Era la 茅poca del guano y las grandes importaciones de m谩rmoles italianos. De ella proviene la escultura el Rapto de Europa que emula la figura de una mujer que viaja so-bre un cuadr煤pedo. Los artistas locales comenzaron entonces a llamar "m谩rmol" al alabastro de la regi贸n. En este arte sobresalieron los artistas huamanguinos Buenaventura Rojas, Juan Berrocal y Luis Medina. Otro tallador ayacu-chano de esos a帽os, Gaspar Ricardo Su谩rez, lleg贸 a recibir apoyo del gobierno en 1860 para viajar a Europa y seguir estudios de escultura. En Par铆s present贸 en 1867 un grupo en yeso titulado "La defensa de la patria", con motivo de una exposici贸n internacional. De regreso a Lima en 1877 hizo carrera como escultor hasta inicios del siglo XX.
En el siglo XX la tradici贸n escult贸rica de Huamanga se resinti贸 ante la introducci贸n de productos industriales v铆a la nueva carretera que lo conectaba a Lima. En 1934 los escultores hab铆an disminuido a once, y en 1961, se conoc铆a s贸lo a seis. Una manera de enfrentar los cambios fue la confecci贸n de l谩pidas mortuo-rias. En contraparte, los gobiernos locales y el Estado han realizado labores de promoci贸n de la escultura en piedra a trav茅s de ferias, concursos y exposiciones nacionales. Como parte de estas acciones se form贸 la Escuela Regional de Bellas Artes. En general, las esculturas han perdido la calidad art铆stica de su 茅poca de auge y se venden como recuerdos al p煤blico lime帽o y extranjero, siendo sus representaciones: iglesias en miniatura, monumentos de la pampa de la Quinua y otros.
Tablas de Sar
huaLa tradicional tabla pintada de Sarhua, capital de un distrito de la provincia de V铆ctor Fajardo, tiene or铆genes muy antiguos y est谩 asociado tanto a elementos occidentales como a la rica pr谩ctica pict贸rica prehisp谩nica. Sarhua era un pueblo casi desconocido debido a su aislamiento geogr谩fico (s贸lo se pod铆a llegar a pie luego de varios d铆as) hasta que Jos茅 Mar铆a Arguedas difundi贸 en Lima las tablas como parte de las manifestaciones pict贸ricas de la cultura ind铆gena. Las tablas pintadas se entregaban en d铆as festivos o rituales, como en ocasi贸n de un techado de casa. Era parte de la estructura de la vivienda porque se coloca-ba adosado a la viga madre que sosten铆a el techo. Ten铆an, asimismo, un valor espiritual porque era pintada por un familiar o el compadre (o por su encargo). Estas primeras tablas ten铆an motivos geneal贸gicos. Se retrataba a la familia del propietario y sus antepasados familiares, presididos por los santos. Es una fa-milia y su genealog铆a, por ello est谩 asociada a la casa y corresponde a una de las vigas de la nueva vivienda.
Parte importante de los motivos de las tablas es la sanci贸n de la violaci贸n de las costumbres de la comunidad; es decir, tiene un car谩cter pedag贸gico. El hecho que las tablas fueran encargadas con ocasi贸n de un matrimonio, indica su aspecto m谩gico por el cual bendice el hogar que instruye. En cierto sentido, lo que se ejerce en las tablas es una pr谩ctica de autorepresentaci贸n de la comunidad de Sarhua.
En la d茅cada de 1970 los migrantes de Sarhua en Lima se asociaron bajo est铆mulo del antrop贸logo ayacuchano Salvador Palomino Flores y retomaron la tradici贸n de pintar tablas. En 1975 inauguraron una exposici贸n titulada: "las tablas pintadas de Sarhua". Ante la demanda del p煤blico, empez贸 la produc-ci贸n en serie de tablas con temas relacionadas a las costumbres, fiestas y actividades agr铆colas de la comunidad; esta producci贸n masiva estaba orientada al mercado urbano. Otra l铆nea de tablas se hac铆a para exposiciones artesanales y eran m谩s creativas y esmeradas en los detalles; aqu铆 los temas estaban relacionados con los mitos y el calendario festivo.
Cuando se produjeron los hechos de violencia de Sendero Luminoso y el ej茅rcito, la poblaci贸n de Sarhua se vio fuertemente afectada, a tal nivel que optaron por el desplazamiento hacia Lima y otras ciudades. Obviamente, los artesanos representaron en las tablas la memoria y percepci贸n de aquellos tiempos violentos.
Las im谩genes de las tablas han sido estudiadas, entre otros, por Mois茅s Lemlij quien se帽ala que los temas principales representados en las pinturas son la genealog铆a, el universo familiar y el santo patr贸n. La genealog铆a est谩 relacionada al ciclo vital y, entre ellos, el agr铆cola; corresponde a este t贸pico tablas como el de la "Creaci贸n del hombre" y el "Fin del mundo", de evidente vincula-ci贸n con la pr茅dica cat贸lica y las im谩genes del evangelio. Sobre el universo familiar, los comuneros pintan su vida cotidiana en la comunidad y las costumbres festivas; no obstante, como la presencia de Sendero Luminoso fue devas-tadora para el pueblo, existen tablas como "Onkoy" que representan a los senderistas armados, con vestimentas distintas y otros elementos que los colocan en calidad de "extra帽os" a la comunidad. Otra tabla se llama "Sinchi" y es la representaci贸n de la acci贸n de las fuerzas del orden cometiendo abusos y violaciones a hombres y mujeres de la comunidad. Por 煤ltimo, los "Maldecidos" es la representaci贸n del ingreso del ej茅rcito en la comunidad, de caracter铆sticas similares a la anterior. Seg煤n Lemlij estas tres tablas simbolizan: la corrupci贸n de Sendero Luminoso a la comunidad, la destrucci贸n de ella y la expulsi贸n del pueblo.

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mi茅rcoles, 11 de abril de 2018

mis recuerdos

Soy Fernando Romero tengo 18 a帽os de edad estudio en el IESPPPUQUIO, estudio el programa de idiomas ingles, este es mi segundo a帽o de estudios superiores, estoy en el III ciclo acad茅mico. Bueno tengo el dominio del idioma nativo del Per煤 que es el "QUECHUA" , puedo dominar f谩cilmente  el idioma ingl茅s.
Bueno mi enteres de estudiar el idioma ingles para poder trabajar en educaci贸n b谩sica regular, tambi茅n para viajar a diferentes partes del mundo  tambi茅n no puedo trabajar  siendo como docente  tambi茅n como una gu铆a tur铆stica en el Per煤, tambi茅n en nuestras zonas tur铆sticas de nuestra regi贸n, como tambi茅n en nuestra provincia de lucanas Puquio.
en el a帽o 2017 tuve la oportunista de visitar a una instituci贸n b谩sica regular como docente en formaci贸n, me di cuenta que  las instituciones son muy diferentes pero bueno solo me queda seguir prepar谩ndome para poder ganar mas experiencias en mi formaci贸n docente.